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LAS COSAS NO SON LO QUE PARECEN NI PARECEN LO QUE SON

  • Foto del escritor: AUTORES PUNTO 10 -CREACIÓN LITERARIA IDARTES
    AUTORES PUNTO 10 -CREACIÓN LITERARIA IDARTES
  • 21 nov 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 22 nov 2020

Autora: Andrea Vergara Silva

NOVELA EN ENTREGAS.

Las cosas no son lo que parecen ni parecen lo que son. Lo que vemos está tamizado por lo que creemos y lo que no vemos también. Toda percepción es una interpretación, cada instante de nuestras vidas, es un reflejo de nuestro interior. Los animales, las personas, las montañas, el océano, todo el universo, está contenido en nuestro interior. Pero para poder llegar a comprender que contenemos el universo primero nos tenemos que volver vacío porque es del vacío que todo surgió.

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La cascada de sucesos que llevaron a Jerónimo Satizábal a transformar su esencia misma lo cogieron enteramente por sorpresa. El creía en el deber, en las obligaciones, en el trabajo duro, en el matrimonio. Él sabía que era un hombre bueno, que había sido amoroso con sus hijos, que se lo había proporcionado todo a ellos y a su mujer.


Él era honesto, verdaderamente honesto: se levantaba temprano, llegaba a la oficina a tiempo, se desempeñaba divinamente en un alto cargo en su empresa de turno, votaba en las elecciones por el estatus quo, pues este le había servido bien y no quería pensar demasiado al respecto, porque la comodidad no se cuestiona. Sabía a ciencia cierta que su mujer no lo amaba, que lo había traicionado repetidamente, pero era de crianza católica, donde el matrimonio es pa´ toda la vida y además él tampoco se negaba los placercitos esporádicos que le ofrecía la vida. Se relacionaba bien con los demás.


Era amable, cortés, respetuoso y generoso: no titubeaba con propinas o pequeñas compras innecesarias, o apoyo franco al que se le acercara a pedir ayuda. De hecho, varios aprovecharon crónicamente su amplitud. De simple no tenía un pelo. Al contrario, albergaba una miríada de inquietudes intelectuales y artísticas. Le gustaba leer, era aficionado a la filosofía, la filatelia, la música y el arte. Intentaba entender la esencia de la existencia, quería descifrar el porqué del yo, del “uno” y del otro; el cómo y el qué del libre albedrío.


Desde joven se planteó estos dilemas y estaba dispuesto a resolverlos, pero los compromisos de la vida lo fueron absorbiendo y fue solo con la madurez que se dispuso a su indagatoria existencial. Gozaba también de las cosas sencillas: unas cervecitas en la plaza del pueblo, un juego de tute en familia, un paseo a la finca aquí y allá.


A pesar de sus largas lecturas y las inquietudes crecientes, no se percataba de que estaba despertando lentamente al llamado de la vida debido a su hábito de beber agua constantemente en grandes volúmenes, incluso antes de acostarse a dormir. No sabía qué lo llevaba a contener el agua constantemente en su cuerpo. Seguramente una necesidad biológica pensaba él, o de pronto no pensaba absolutamente nada al respecto, sino que satisfacía instintivamente su sed insaciable.



“Agua que bebemos, que orinamos, en donde nadamos, con la que lavamos.”

Agua: medio amorfo, medio que fluye y se difunde, que colma y se transforma. Agua: Medio sensible a

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nuestras emociones, medio que puede estar sereno como un espejo o alzarse en huracanada rabia o en tsunami vengativo. Agua que se evapora en el calor, que fluye temperada, que se cristaliza en el frío.

Agua que bebemos, que orinamos, en donde nadamos, con la que lavamos. Agua que inundamos con nuestros desperdicios, de cuyo vientre sacamos alimentos; en la que derramamos petróleo robado de las entrañas de su amante Tierra. Agua que apaga los incendios, que responde al grávido llamado de la luna, agua que cae, que fluye, que se precipita, agua de cauces vericuetos. Neblina que es agua, nubes que agua son. Guatavita, Titicaca, Victoria! Agua reflejo del cielo, laguna río, charco, lago, cascada, mar océano, oasis. ¡Agua que le cuenta al Universo que somos el planeta azul! Agua: misterio en que navega nuestro espíritu en noches de aventura astral donde se revelan las sombras y el tiempo se desvanece.


Agua: conductor onírico de nuestra esencia más elevada. Él bebía mucha agua.


El Doble: Según nos relata la teoría de Jean Pierre Garnier Malet, el físico cuántico francés, sostenemos una relación íntima con un ente que trasciende el tiempo y el espacio, un ente compuesto nada más que de energía. El doble cuántico, como lo denominan los círculos Garnerianos (otros lo llaman el ángel guardián, otros el cuerpo energético, según la corriente esotérico-espiritual a la que se adhieran), en esencia es una versión avanzada de nosotros mismos que lo sabe todo. Dicen los ilustrados en el tema que cuando dormimos interactuamos con nuestro doble y nos informamos de lo que sabe. Sostienen que -como en toda cuestión cuántica- el espacio-tiempo es una ilusión.

“Dicen los ilustrados en el tema que cuando dormimos interactuamos con nuestro doble y nos informamos de lo que sabe. Sostienen que -como en toda cuestión cuántica- el espacio-tiempo es una ilusión”

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En el reino del doble la línea ficticia que hemos trazado de pasado a presente a futuro se pliega sobre sí en un espiral ascendente en donde todo sucede simultáneamente. Aseguran además que nuestro doble cuántico transita en este espiral y puede transformar el pasado desde el presente, sanarlo… de manera interdimensional…Y esto aparentemente nos permite alcanzar nuestro futuro mas deseable dentro de la infinidad de futuros posibles. La cosa es que esto todo sucede durante el sueño. Aparentemente la clave para abrir el canal de comunicación con el doble cuántico ocurre en el umbral entre el sueño y la vigilia y sobre todo si se ha bebido un volumen considerable de agua antes de disponernos a dormir..


Espere la SEGUNDA ENTREGA ...



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