top of page

LA FACULTAD DEL PERFUME

  • Foto del escritor: AUTORES PUNTO 10 -CREACIÓN LITERARIA IDARTES
    AUTORES PUNTO 10 -CREACIÓN LITERARIA IDARTES
  • 21 nov 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 22 nov 2020

Oscar Estupiñan.

NARRATIVA


ree
SAMANTHA FRENCH

Todo tiene un aroma. Puede ser el rincón de una alcoba de nuestra niñez. Puede ser el aroma de un juguete, de un objeto, de una persona, de un ser querido, de un profesor, de un amor. Puede ser el aroma de un momento repetitivo en nuestro trabajo, en nuestra diversión. Puede ser el aroma de nuestra madre, de una mascota. Puede ser la fragancia del jabón de baño en nuestra tina infantil, o el talco espolvoreado en nuestra piel de bebé.


Nuestro olfato es poderoso. Puede evocar en nuestros recuerdos un momento en nuestras vidas, un escenario, un producto, un lugar, un vehículo, un instante gratificante, o bien, desagradable. La vida nuestra va transcurriendo día a día, hora tras hora, y cada momento es registrado por nuestra mente con su respectivo aroma, el perfume de ese instante, de esas horas, de ese trabajo, de esa persona. Inconscientemente la mente tiene la capacidad de guardar el aroma particular de un momento, de una situación. Con un aroma guardado mucho tiempo y que captes por accidente, te puede llevar a través de los años a evocar ese momento, esa persona, ese objeto, como un poderoso vehículo que atraviese años y décadas en el pasado y aterrice allí en ese sitio y momento que tu mente haya respirado y te trae ese momento a tu presente, solo con aspirar.


“La vida nuestra va transcurriendo día a día, hora tras hora, y cada momento es registrado por nuestra mente con su respectivo aroma, el perfume de ese instante, de esas horas, de ese trabajo, de esa persona”

El olfato es nuestro escáner personal, el que hace cerrar los ojos y te hace aspirar suavemente ante lo agradable y placentero, y rechaza y protesta frente a lo desagradable. Nuestra nariz afina y rastrea la huella de los aromas, la que se dilata, áv

ree

ida de más, frente a los aromas placenteros, y se rebota, sulfura, espanta y estornuda, en cambio, frente a los agobiantes y malolientes. Parece un hechizo, un acto de magia, que el captar determinado aroma automáticamente nos lleve a ese momento en el pasado en el que estuvimos percibiendo ese mismo aroma. Esto, para hablar del poder del olfato humano que nos traslada involuntariamente a momentos de grata o ingrata recordación, y que nos sirve como introducción para hablar del poder del perfume.


El poder del perfume es inmenso. Nos abre un mundo aromatizado de consideraciones que también son mágicos y nos hipnotizan, fascinan y seducen fácilmente llevando a nuestras mentes a vivenciar escenarios celestiales como por encanto. Una esencia nos conmueve, nos dirige, nos lleva a dominar nuestro parecer y disfrutar ese momento creando euforia, embrujo y sortilegio. Un selecto, suave y fino perfume femenino nos lleva a sugestionar nuestra mente y crear un deslumbramiento por esa feminidad, un encanto que nos atrae y nos embruja para sentir y ver esa misma feminidad con belleza seductora e irresistible. Un aroma de mujer, una esencia sutil y embriagadora, la puedo comparar con un alucinógeno que nos transforma y potencia los atractivos hermosos de esa feminidad, de esa masculinidad, invitando a nuestros sentidos a crear apetitos y conmociones, para luego estimularnos, extasiarnos y saciarnos. Es una sana y grata drogadicción que nos lleva a dimensiones de más allá y muy reconfortantes momentos.



ree

Respirar la fascinación de un jardín de flores nos induce a delicias paradisíacas y divinas. Respirar el indescriptible aroma de un campo arbolado nos lleva a dimensionar las grandes virtudes de la naturaleza. Percibir el aroma de las construcciones antiguas de nuestra niñez y juventud nos hace viajar y sentir felicidad en el tiempo. Recibir el aroma del humo actual de algo nos lleva al recuerdo inmediato de esa hoguera traída a nuestra mente. Percibir el perfume de nuestra ropa nueva, de un auto nuevo, de nuestra herramienta nueva, siempre nos lleva al momento de esa primera novedad.



El olfato es uno de los sentidos más poderosos. Y el ser humano se las ingenió para crear los perfumes con el fin de excitarnos el sistema olfativo. El sistema olfativo sensibiliza la mente y el cerebro se regocija estimulando el sistema nervioso con órdenes supremamente gratas de emoción y conmoción. Las esencias empoderan lo narcótico, lo erótico y lo lúbrico, inmensos placeres naturales que nos proporciona la acción de un fino aroma personal.


Ahora, probando la grandiosa gama de perfumes creados para nuestra vanidad, el gusto es inconmensurable. Hay infinidad y siempre encontramos el de nuestro gusto, el que nuestra mente exija y escoja. El perfume es milenario y ha acompañado al ser humano como ingrediente personal imprescindible a la hora de los encuentros amorosos. El aroma magnético y cautivante de un delicioso perfume, nos confiere el poder hechizante de dominar la voluntad. Con él nos sentimos superiores, conquistadores, encantadores y seguros. El perfume nos lleva a caminar arrogantes y pisar entre nubes aromatizadas, despidiendo una estela de prepotencia, incitación y fascinación.


“No hay cita sin la participación de un aroma avasallante. El perfume incita, instiga, convida. El perfume seduce, embriaga, doblega. El perfume hipnotiza, embruja, atrae, domina.

Para ti mujer, el perfume tiene un poder oculto; posee un factor provocador y perturbador que te

ree

transforma. Tu piel perfumada te da seguridad y entusiasmo. Te da el aire necesario para dejar volar tu espíritu, y revitaliza tus emociones y te sientes enérgica y pudiente para dejar que te persigan. Emocionalmente te da fuerza y vigor. Tus instintos despiertan y anuncian la apertura de tu espíritu. Te sientes libre, emancipada y disponible para despertar pasiones y ser la flor deseada. Un voluptuoso y fragante aroma femenino amenaza supremacía y esclaviza y embelesa la mente conquistadora del enamorado varonil.


Para ti, hombre, te muestra la varonilidad, la seguridad en ti, la posesión y dominación y anuncia tu plan de conquista frente a una dama. Con el aroma masculino el hombre marca territorio y confiere propiedad contaminando sutilmente el aire que respira su harem favorito. La loción masculina fascina y enamora en el olfato de una mujer. El aroma varonil invita a romper esquemas y burlar reglamentos. Incita a la huida, al secuestro del amor y declarar tu propiedad y autoridad. El aroma masculino le unta a un hombre el poder, carácter y competencia para alcanzar metas con autoridad y placer.


El perfume es imprescindible y no podemos pensar en la conquista el amor sin perfume apropiado. No hay invitación sin la seducción de un perfume. No hay cita sin la participación de un aroma avasallante. El perfume incita, instiga, convida. El perfume seduce, embriaga, doblega. El perfume hipnotiza, embruja, atrae, domina. El perfume alimenta, potencia, estimula y sacia. El perfume es el ingrediente al placer, a la lujuria, al libertinaje. Es el aperitivo al éxtasis, el pasaje al orgasmo, la sobremesa a la saciedad, el aire que nos embruja y nos lleva al pasado y es el aroma del galardón a la satisfacción.

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page